Todas las personas están expuestas a pequeñas dosis de radiación que provienen tanto de elementos radiactivos de la corteza terrestre de rayos cósmicos del espacio exterior, y aunque esto con lleva riesgos, no representa un gran peligro para la salud. Sin embargo, la exposición a altos niveles de radiación desencadena efectos nocivos.
El daño que causa la exposición a altos niveles de radiación se debe fundamentalmente a que la radiación altera la estructura del material genético, es decir, del ADN. Debido a que el ADN controla el funcionamiento de la célula, cuando es dañado se producen mutaciones que impiden su actividad normal.
Entre las enfermedades asociadas con altos niveles de radiación se encuentra el incremento de leucemia y diversos tipos de cáncer; quemaduras en la piel, mayor incidencia de cataratas y esterilidad masculina. Si las mutaciones ocurren en las células reproductoras, los hijos de las personas afectadas quizás presenten diversas enfermedades genéticas o retraso mental.
La disposición final de los desechos radiactivos, es problemática, pues debe evitarse que la radiación escape y alcance a la gente. Hasta la fecha no existen métodos de disposición permanentes y completamente seguros para los desechos de alto nivel de radiactividad.
Como la vida media de los isótopos radiactivos es muy larga (de varios miles a millones de años), los desechos de las plantas nucleares deben almacenarse en un lugar aislado, geológicamente estable (donde no haya sismos) y sin agua para evitar la contaminación de suelos y aguas. La forma de disponer de ellos es enterrarlos en formaciones rocosas profundas o en depósitos de sal, pues ésta es una barrera de la radiación. Sin embargo, como no hay sitios de disposición definitivos en algún país, los lugares de almacenamiento que existen se consideran temporales
Una opción para tratar el material radiactivo de alto nivel es reprocesarlo para que pueda usarse nuevamente esta medida resulta muy costosa, pero elimina el problema de la disposición y los riesgos que implica. Ahora existen plantas de reprocesamiento en Francia y en el Reino Unido.
Los desechos de bajo nivel de radiactividad generalmente se colocan en tanques de acero que se depositan en enterramientos especiales. También en este caso deben tomarse medidas de seguridad para evitar que escape la radiación y contamine las aguas.
El daño que causa la exposición a altos niveles de radiación se debe fundamentalmente a que la radiación altera la estructura del material genético, es decir, del ADN. Debido a que el ADN controla el funcionamiento de la célula, cuando es dañado se producen mutaciones que impiden su actividad normal.
Entre las enfermedades asociadas con altos niveles de radiación se encuentra el incremento de leucemia y diversos tipos de cáncer; quemaduras en la piel, mayor incidencia de cataratas y esterilidad masculina. Si las mutaciones ocurren en las células reproductoras, los hijos de las personas afectadas quizás presenten diversas enfermedades genéticas o retraso mental.
La disposición final de los desechos radiactivos, es problemática, pues debe evitarse que la radiación escape y alcance a la gente. Hasta la fecha no existen métodos de disposición permanentes y completamente seguros para los desechos de alto nivel de radiactividad.
Como la vida media de los isótopos radiactivos es muy larga (de varios miles a millones de años), los desechos de las plantas nucleares deben almacenarse en un lugar aislado, geológicamente estable (donde no haya sismos) y sin agua para evitar la contaminación de suelos y aguas. La forma de disponer de ellos es enterrarlos en formaciones rocosas profundas o en depósitos de sal, pues ésta es una barrera de la radiación. Sin embargo, como no hay sitios de disposición definitivos en algún país, los lugares de almacenamiento que existen se consideran temporales
Una opción para tratar el material radiactivo de alto nivel es reprocesarlo para que pueda usarse nuevamente esta medida resulta muy costosa, pero elimina el problema de la disposición y los riesgos que implica. Ahora existen plantas de reprocesamiento en Francia y en el Reino Unido.
Los desechos de bajo nivel de radiactividad generalmente se colocan en tanques de acero que se depositan en enterramientos especiales. También en este caso deben tomarse medidas de seguridad para evitar que escape la radiación y contamine las aguas.
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